Giovanni di Pietro di Bernadone nació el 1180 en Asís, Umbria. Fue un miembro de una familia con bajos recursos, por lo que durante su juventud no fue especialmente devoto, no obstante, en 1202 se integró a la fuerza militar de su país, siendo tomado poco después como prisionero de guerra. Entonces ya había adoptado el nombre de “Francisco” o “Franchesco”.
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¿Por qué la manifestación de los milagros?
La única prueba de su palabra y predicación se encuentra en los milagros que se manifiestan en su nombre. San Francisco además de anunciar el Reino del Todopoderoso tiene como objetivo señalar la llegada de dicho Reino resaltando el control que este tiene sobre cada uno de los seres creados, ya sean hombres, animales o espíritus.
Milagros de San Francisco de Asís
Algunos de los milagros acaecidos por San Francisco de Asís son:
La mujer que regresó de la muerte:
En la cuidad de Montemarano, se lamentaba la muerte de una mujer, devota de San Francisco. Durante la noche fúnebre se reunieron muchas personas para rezar por el alma de aquella joven, cuando de repente y en el instante menos esperado, el cadáver se empieza a inclinar y pregunta al sacerdote que llevaba el funeral si se podía confesar.
Durante la plática, la dama le expresa lo siguiente: “Yo estaba condenada a la más de las duras penas, no obstante, San
Francisco ha suplicado y logrado por mi persona, el poder volver a este mundo, con la finalidad de arrepentirme, confesar todas mis penas y escoger el debido camino para trazar mi vida entera”.
La resurrección de una niña:
Dos amantes que adoraban inmensamente a su pequeña hija tuvieron que vivir en carne y hueso el fallecimiento de la misma, dando como resultado que la madre, con un profundo dolor y sentimiento de soledad, suplicara a San Francisco con toda su fe y un deseo tan ardiente que inundara de compasión a todo aquel que la oyera.
Luego de tanto rezar el santo se manifiesta delante de la mujer asegurándole la vida a su preciada niña. Ese mismo día, la hija despierta y levanta sin tener conocimiento alguno de lo que había ocurrido.
El joven que se había ahogado:
Un chico nadando en una playa se ahogó inesperadamente a causa de la corriente que lo arrastro a las profundidades de esta. Un hombre, tras intentar ayudarlo no tuvo otra opción más que trasladar su cadáver y depositarlo en la arena. Los testigos, impactados por la muerte del pobre muchacho, decidieron invocar la presencia de San Francisco, manifestándose éste devolviéndole la vida al ex-difunto.
La mujer que revivió luego de un derrumbe:
En Aurunca se derrumbó una casa por fallos en la estructura, matando a una mujer que reposaba en ella. Los socorristas hicieron todo lo posible para reanimarla, no obstante, era demasiado tarde para que ellos intervinieran, entonces la movilizaron lentamente a una litera. La madre de la joven, con lagrimas en todo su rostro, suplicaba la piedad y presencia de San Francisco, a lo que este correspondió. Cerca de las dos de la madrugada, la difunta se despierta como si nada, haciendo parecer que todo fue producto de una ilusión.
La mujer ciega que recobró la vista:
En Tebe, se hallaba una hermosa dama, devota de San Francisco. Pero, por más que su belleza atrajera a los hombres, era ciega desde nacimiento. Por lo tanto, en una vigilia de la celebración de San Francisco, había orado y ayunado en nombre del santo, con la finalidad de que este le brindara una oportunidad para ver.
Al siguiente día fue llamada para participar en la Santa Misa de la Iglesia de los Frailes. Durante la presencia del Cuerpo de Cristo, sus ojos empezaron a arder con una gran intensidad y por fin podía apreciar las formas y colores que la rodeaban, gritando con mucha alegría, aplaudía la gracia de la curación de San Francisco.